En los últimos días se ha hablado mucho sobre el posible uso por parte de Amazon de drones, o vehículos aéreos no tripulados, para repartir sus paquetes en domicilios más o menos cercanos a los centros de distribución. Con todo, las capacidades de los drones como dispositivos de transporte no han sido descubiertas por Amazon, sino que hay experiencias anteriores.
Un restaurante en Londres está probando con drones para enviar los menús a las mesas de los comensales. Telepizza o Dominos Pizza están trabajando en este tipo de envíos dentro del local. La empresa de mensajería UPS también está estudiando las ventajas e inconvenientes de realizar repartos con drones. La compañía alemana de servicios postales Deutsche Post DHL ha probado con éxito la entrega de paquetes con un dron, con el envío de medicamentos a una farmacia en Bonn. Y la firma australiana de libros de texto Zookal comenzará a servir los encargos por vía aérea a partir de marzo.
Son solo algunos ejemplos de una tecnología que no es precisamente novedosa. De hecho las primeras experiencias se remontan a la Primera y Segunda Guerra Mundial. Y es que el uso de drones hasta hace bien poco estaba ligado a fines militares. Ahora se han hecho más pequeños, se han abaratado y se utilizan para cartografiar terrenos, filmar el interior y exterior de edificios, controlar plagas, seguimiento de incendios, control de fronteras, etcétera.
En Euskadi hay experiencias más que interesantes sobre los usos positivos que pueden tener los drones. De ellos hablamos con Alberto Arranz, profesor del departamento de Edificación y Obra Civil del Instituto de Formación Profesional Superior Bidasoa de Irún.
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Un restaurante en Londres está probando con drones para enviar los menús a las mesas de los comensales. Telepizza o Dominos Pizza están trabajando en este tipo de envíos dentro del local. La empresa de mensajería UPS también está estudiando las ventajas e inconvenientes de realizar repartos con drones. La compañía alemana de servicios postales Deutsche Post DHL ha probado con éxito la entrega de paquetes con un dron, con el envío de medicamentos a una farmacia en Bonn. Y la firma australiana de libros de texto Zookal comenzará a servir los encargos por vía aérea a partir de marzo.
Son solo algunos ejemplos de una tecnología que no es precisamente novedosa. De hecho las primeras experiencias se remontan a la Primera y Segunda Guerra Mundial. Y es que el uso de drones hasta hace bien poco estaba ligado a fines militares. Ahora se han hecho más pequeños, se han abaratado y se utilizan para cartografiar terrenos, filmar el interior y exterior de edificios, controlar plagas, seguimiento de incendios, control de fronteras, etcétera.
En Euskadi hay experiencias más que interesantes sobre los usos positivos que pueden tener los drones. De ellos hablamos con Alberto Arranz, profesor del departamento de Edificación y Obra Civil del Instituto de Formación Profesional Superior Bidasoa de Irún.
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